EL TRABAJO DEL DUELO
Por AXEL CAPRILES.
Es un momento de dolor para muchos. Es tiempo de aceptar el vacío, de
trabajar el duelo. Pero no es solo un lapso de duelo para quienes amaron y
siguieron al presidente Hugo Chávez, sino también para sus adversarios y para
casi toda una generación que creció durante un período de la historia
venezolana en que se perdió la alternabilidad en el poder como parte del método
democrático. Hugo Chávez ocupó la imaginación de todos los venezolanos durante
más de 14 años. En alunas de mis intervenciones públicas pregunté en auditorios
amplios y llenos si había alguien en el público que no hubiera pensado en Hugo
Chávez un solo día durante los últimos años. Nadie levantó la mano. Eso es lo
que en psicología se llama totalitarismo, el dominio de un solo contenido que ocupa
todo el espacio psíquico. Hugo Chávez ya no está. El ardor de sus seguidores y
el poderoso aparato de propaganda del Estado harán lo imposible para mantenerlo
presente durante un largo tiempo; alentarán el fervor popular, alargarán los
rituales, lo convertirán en un símbolo eterno, lo llevarán a los altares
populares, pero, hagan lo que hagan, Chávez ya no estará como presencia
tangible, ya no será el personaje conspicuo que penetraba compulsivamente en
los hogares de todos los venezolanos durante horas hasta convertirse en parte
del lugar. Sus seguidores tendrán que procesar su desorientación .Sus
adversarios tendrán que enfrentar el espacio sin cara, la ausencia de su único
interlocutor. El trabajo del duelo es, precisamente, el proceso por el cual nos
vemos obligados a retirar la energía psíquica invertida en una persona ausente
para reintegrarla en nuestra personalidad y luego volver a proyectarla e
invertirla en algo provechoso para la continuidad de la vida. Ese es el reto
que le toca ahora a la sociedad venezolana. Será un reto difícil. Se trata de
dejar atrás las imágenes que nos paralizan y comprometernos con un proyecto
político capaz de reconstruir una sociedad desmembrada. Comienza la transición.
No será sin turbulencia. acapriles@ucab.ed.ve EL UNIVERSAL. JUEVES 07 MARZO 2013.
LA REFORMA FISCAL FRENTE
AL FALLECIMIENTO DEL PRESIDENTE HUGO CHÁVEZ
Sin duda, la muerte del Presidente Hugo Chávez Frías
ha marcado “por ahora” el destino de la agenda de la reforma tributaria que
estaría adelantando el Gobierno Nacional, dentro del plan de medidas económicas
ya iniciadas con la más reciente devaluación del cono monetario a Bs 6,30 por
dólar , conjuntamente con otras medidas que le acompañaron como la eliminación
del SITME y el mayor control en la administración, asignación y distribución de
las divisas( Órgano de Optimización de Sistema Cambiario) ; esta vez, para
“sanear” el manejo de las cuentas fiscales, ya se venía trabajando en un
proyecto de reforma fiscal y tributaria con la finalidad de inyectar de mayores
recursos al Estado en la prosecución de su amplísimo y cada vez más
incrementado gasto público, producto de la atención de diversas misiones
sociales y demás programas “comunitarios” en un intento cada vez más palmario
de construir a toda prisa el denominado ESTADO COMUNAL.
Y decimos que “por ahora”, el diseño del plan de reforma de tributos,
detiene su carrera, en medio de las endechas fúnebres y listones negros cuales
media lunas trágicas de la Iphigenia de Táuride, asi como de ilusiones místicas y proféticas sobre el desaparecido
caudillo revolucionario y de sus más doctas órdenes sobre el sistema económico
nacional; el denominado “paquetazo fiscal” parece que tendrá que aguardar aun
por los rezos finales a favor el
sempiterno faraón y su divinidad proclamada para cautivar corazones y votos del
lado oficialista, mediante el emplazamiento público que hiciera este “viernes
santo chavista” de parte del recién y flamante Presidente Encargado Maduro
Moro, por órgano de unas autoridades con una muy dudosa legitimidad y legalidad
de origen, todo ello bajo la bendición del CNE y del TSJ conjuntamente; este es uno más de los escenarios que esta
democracia debilitada deberá franquear
para que esa reforma luzca al menos un poco más “objetiva” y “transparente”.
Dentro de las paredes cerradas al público que
configuran de manera conjunta el Ejecutivo Nacional y el parlamentario, se
estaría adobando una reforma tributaria que contemple, entre otros productos,
el análisis de la modificación de la Ley de Impuesto sobre la Renta para “obtener
recursos de quienes más ganan”; estos lineamientos se desvirtúan por sí mismos
en los actuales momentos económicos se
nos presenta contradictorio, pues la elevación del valor de la unidad
tributaria a Bs 107 para el Ejercicio Fiscal 2013 eleva aun más el mínimo
imponible a Bs 8.916,67 correspondiendo gravar con este tributo a personas
naturales que devengaren más de esta cantidad para el año fiscal próximo, lo
que coloca en condición de no contribuyentes a la mayoría, quienes tal vez
apenas superen el escasísimo salario mínimo nacional de Bs 2.047,00 de modo
pues que no se entienden los postulados ni las intenciones oficiales que al
menos por noticia criminis tenemos los ciudadanos; asimismo, se manejan
escenarios tales como la reforma al Impuesto al Valor Agregado, según se
especula, bajo la premisa del aumento significativo de la actual alícuota
general del 12%; en este sentido, en medio del inmediato escenario electoral
cuya convocatoria ha exhortado el Presidente Maduro, no lucen tan productivos
los lineamientos de reforma en torno al IVA, ya que en anteriores oportunidades
como lo fue el referéndum constitucional del año 2007, la reforma del IVA fue
pensada sobre la base de lograr el abaratamiento del consumo a las clases
populares (bastiones del poder), mediante el logro sostenido del descenso de la
alícuota impositiva de un 11% a un 9%, conjuntamente con la proliferación de
numerosas exenciones al consumo de muchos bienes de la canasta básica (bienes
en su altísima mayoría importados), sin que esa reforma hubiere
representado un mecanismo autentico y seguro capaz de impulsar y
estimular la producción nacional y ser
reflejo de los más elementales principios de transparencia, elasticidad y
estabilidad del tributo; en ese escenario de 2007 la reforma no fue rentable
para el Gobierno, ya que esas ofertas y promesas no cristalizaron para obtener
su triunfo en el referéndum de 2007, a lo que el ahora difunto comandante
presidente perplejo aun, calificó como una victoria de…m…(sin mencionar el
vocablo escatológico empleado).
Otro de los escenarios mencionados sugiere el retorno
a la vida del aquel derogado Impuesto a los Activos Empresariales cuya data es
del año 1993, es decir, legado de aquella vilipendiada Cuarta República y sus
efectos funestos bajo la Presidencia
Interina del Doctor Ramón J Velásquez en un polémico Decreto Ley de
creación, todo un modo y mecanismo neo liberal que debía ser eliminado del
sistema tributario “socialista” pues ahora, vuelve a resonar en las cabezas de
las autoridades financieras de esta Quinta República, así como la intención de
llamar del más allá al impuesto sobre las transacciones financieras (ITF)
también conocido popularmente como el Impuesto al Débito Bancario, igualmente
calificado por los ahora gobernantes como el típico “Impuesto de Guerra”,
también de tacha neo liberal que urgía eliminar y que, luego del fallido ITF
contentivo de normas inconstitucionales e ilegales, se derogó formalmente en el
año 2005.
Quien escribe estas líneas, ha hecho aportes escritos
en procura de una reforma tributaria integral sobre la base de criterios
técnicos, legales y jurídico tributarios suficientes para garantizar la
idoneidad y eficiencia de los modelos tributarios nuevos o mejorados en sus
estructuras básicas, tales trabajos pueden apreciarse entre muchas
publicaciones, en las referidas a las X Jornadas Nacionales de Derecho
Tributario del año 2011, así como desde las aulas de clase y desde los podios y
micrófonos disponibles para hablar abiertamente de estas urgentes necesidades. Hacemos votos para que, cuando transcurran
ya estas horas decisivas para nuestro
País, surja una reforma tributaria ideada sobre la base de la justicia,
certeza, comodidad, economía, capacidad contributiva y progresividad conforme a
los postulados principistas de la Constitución de 1999, y que estas autoridades
“competentes” bajen a la realidad económica que recaerá sobre Venezuela, más
temprano que tarde.
Juan Carlos Colmenares Zuleta. Santa Cecilia 09 Marzo
2013.
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