lunes, 15 de agosto de 2011

EL VIA CRUCIS CON LOS REGISTROS Farid Antakly K.

EL VIA CRUCIS CON LOS REGISTROS. Farid Antakly K.

Publicamos hoy en nuestro blog un artículo redactado y publicado por el Dr Farid Antakly K en el Diario El Universal el día 20 de Julio de 2011, Cuerpo 3 pag 7, muy a propósito de las actuales arbitrariedades que se están viviendo en las Oficinas de Registro y Notarías en Venezuela; quien les escribe en este blog, recientemente tuvo la oportunidad de “experimentar” nuevamente estas arbitrariedades con ocasión del otorgamiento de un poder para ejercer la representación judicial de un Cliente, luego de múltiples devoluciones por parte de una Notaría aquí en Caracas. A continuación transcribimos exactamente el citado artículo, que lo disfruten: “Uno de los deterioros más marcados de las instituciones oficiales que conozco en el país es el sufrido por los registros. Cualquier profesional del derecho, gestor o empresario que deba recurrir a un Registro Mercantil o público pasa por las catorce estaciones de Cristo. La situación es absolutamente de horror: Para comenzar, los interesados deben madrugar para colocarse en una cola, con la esperanza de que les toque un número de los pocos que reparten. Algunos escogen pernoctar en el sitio y los cómodos y poco escrupulosos compran el puesto a “negociantes”, como si se tratara de un boleto para un concierto popular. Luego de un buen tiempo de espera, el privilegiado con el boleto premiado llega a la puerta del registro donde un funcionario le anuncia: a) ya está completo el cupo; b) hoy no se recibe porque no hay luz; o c) las computadoras están en el Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren). “Venga mañana a ver si las han devuelto”. Si al segundo o tercer día el interesado supera estos obstáculos, vienen los verdaderos. Ya la presentación de un documento no se tramita como antes. Ahora, primero lo debe analizar un revisor; por lo cual hay que dejarlo y volver, normalmente entre siete y diez días después, para conocer el veredicto. Vencido el plazo vuelve el interesado y de nuevo, luego de una larga espera, el funcionario le participa: a) que su documento aún no ha sido revisado porque el revisor tiene mucho trabajo, está de vacaciones o de reposo; o b) que el documento está devuelto. En tal caso, el documento, preparado con tanto cuidado, es devuelto con tachaduras. Como le parece
Por lo regular, el revisor es una persona sin experiencia y con poco conocimiento, pero con mucho PODER. Con unas semanas de egresado, si es que egresó de alguna universidad, esa persona dicta cátedra a cualquier profesional del derecho. Escribe con letras de médico, en un papel o encima del texto, como le parece que deba redactarse el documento y cuáles recaudos adicionales deban acompañarse. Lo que reza el Código de Comercio o la legislación aplicable no tiene ninguna importancia. El criterio del revisor es lo que prevalece. Así de simple; y que nadie se atreva a discutírselo porque él es la autoridad. El interesado se retira, efectúa todos los cambios exigidos y regresa, esperanzado, con su documento que cumple con todas las exigencias del revisor. Lo presenta de nuevo, pero esta vez le toca a otro revisor que tiene un criterio distinto y hace otras observaciones. Y así se repite la misma película por meses. Antes, la constitución de una compañía se efectuaba en un par de semanas. Ahora, demora meses. Los criterios discrecionales, y sin fundamento legal de revisores, son una variedad asombrosa. Cito unos pocos para ilustrar: -Ya no vale la certificación de un acta por el secretario. El acta tiene que venir firmada por todos los asistentes a una asamblea, aunque sean centenares o miles. La institución del secretariado quedó eliminada, de hecho.-Se exige una “certificación de inversionista extranjero” a un inversionista del exterior, persona jurídica o natural, que quiera participar en una empresa en formación. Pero resulta que, bajo la normativa aplicable a las inversiones extranjeras, no existe tal certificación previa. La calificación de inversionista extranjero es otorgada por la Superintendencia de Inversiones Extranjeras después de que el inversionista haya contribuido con su aporte a la empresa y ésta se haya registrado. – No se puede autorizar a más de una persona a cumplir con el trámite de registro. Debe ser una sola. ¿Y si esta persona se ausenta, se enferma o fallece? – Los documentos autenticados no son tomados en cuenta por los registros. Éstos exigen la presentación de toda la documentación ya constatada por una notaría Y una verdadera perla: No se puede registrar la reforma integral de unos estatutos porque “a partir de un determinado artículo, la numeración y el texto nuevo no coincide con los estatutos anteriores”. ¿Qué tal? ¡La reforma no admite cambios¡  Tarda meses Si el interesado, cansado de las arbitrariedades y la demora, acude al Saren, la contestación, si se da, tarda muchos meses. En uno de los casos, de mi conocimiento, el Saren mandó a registrar un acta de vital importancia para una compañía y llamó la atención al registrador por haber menoscabado “derechos fundamentales, tales como la libertad del ejercicio económico de la empresa”. ¡Estupendo¡ Pero ese pronunciamiento demoró doce meses, con lo cual dejó un sabor amargo. ¿Cómo quedó ese derecho fundamental durante los doce meses, más los otros cinco de trámites previo ante el registro? ¿Y qué hay de los daños y perjuicios causados a la empresa? Son muchas las causas de ese deterioro. Sería prolijo enumerarlas en esta nota, pero una de las básicas fue la eliminación del incentivo económico que tenían los funcionarios de los registros antes de la ley de Registro Público y del Notariado de 2001, que adscribió esas oficinas al Saren y, de paso, eliminó la distribución, entre los funcionarios de las mismas, de parte de los derechos percibidos. Ahora esos funcionarios están mal remunerados y trabajan en condiciones difíciles, lo cual los ha vuelto en general desinteresados y hostiles. El hecho es que esa institución está destruida y está contribuyendo, junto con otros factores, a la paralización de la actividad económica privada en el país, ante el silencio del ministerio del ramo y de instituciones como la Federación del Colegio de Abogados de Venezuela y los respectivos Colegios de Abogados. Es urgente rescatarla y se puede. Como “al César lo que es del César”, sé de otro organismo oficial que se ha recuperado. Hace cinco años la obtención de mi pasaporte fue otro “Via Crucis”, mientras que mi última experiencia hace pocos días, debo confesar, reveló un excelente proceso tecnológico y de adecuada atención. ¡Adscribamos pues el Saren al Saime¡ www.bpmaw.com (sic).  Referencia: Diario El Universal Caracas, 20 de Julio 2011, Cuerpo 3, pag 7.

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